Sucumbiendo ante lo obvio

Realidad.

El todo, o sea el universo, no es mas que la suma de todos los universos que existen para cada ser que tiene conciencia de existir, esté donde esté. Estos universos individuales pueden tener similitudes entre ellos, ser totalmente opuestos o ser casi idénticos. Lo que digo con esto es que la realidad es un conjunto de pequeñas realidades, como la arena es un conjunto de granitos; estas realidades se alimentan y crecen continuamente, valiéndose para esto de otras realidades. Del mismo modo cada realidad comparte su esencia con sus vecinas.
Entonces, si la realidad puede contener a otra realidad y asi sucesivamente (o recursivamente, si asi lo prefieren) ¿Por qué no puede pasar lo mismo con lo irreal? o desglosando mi pregunta para hacer todo mas claro…

¿Qué es lo irreal?
Desde la realidad desde donde tomo referencia, en el único ámbito que podemos palpar lo irreal es en un sueño, ya saben, esas cosas que nos vienen a la cabeza mientras dormimos, cuando proyectamos deseos con nuestra mente o cuando nos acostamos y miramos el cielo. Estos sueños existen para cada uno de nosotros en nuestro día a día cotidiano, y aunque tal vez no sean frecuentes y suelan pasar al olvido con facilidad, están formando parte de nuestra realidad. En consecuencia, podemos deducir que una realidad (nuestras vidas, por ejemplo) puede contener tanto a otras realidades (sosas que nos pasan, por ejemplo) como a irrealidades (sueños, por ejemplo), las cuales pueden a su vez estar compuestas de realidades e irrealidades y si en un sin fin de vueltas hacia lo mas pequeño. Por un proceso de inducción se podría decir que si una realidad puede contener a otra, un sueño puede ser producto de otro sueño. Podemos – y me consta – despertar de un sueño y encontrarnos en un sueño mayor que contenía al anterior. Dicho lo dicho, esbozo el último interrogante de mi texto ¿Qué tan capaces somos, las personas, de disociar lo que es real de lo que no lo es? la mayoría de las veces que soñamos, ignoramos que estamos fuera de nuestra realidad habitual, por lo que en ese momento consideramos que estamos viviendo algo real. Sólo nos damos cuenta que era un sueño cuando despertamos y vemos esa realidad (o irrealidad) desde otra óptica y no desde adentro. ¿Cuan posible sería entonces que haya entrado en un largo sueño y todo lo que aprendí, me divertí, comí, dije, conocí, descansé e (inclusive) soñé sean parte de este larguísimo letargo? siguiendo con esta línea de razonamiento, es más que probable que haya conocido a gente que solo pertenece a otra realidad, que no existen en mi realidad original y que tal vez solo sean producto de mis deseos y expectativas…
Personalmente, no me importaría vivir en un sueño, siempre y cuando no me percate de ello. No quisiera despertar de golpe donde sea, desilusionarme y ver como todos los colores y matices de mi desvaneciente y mas reciente realidad se diluyen por la rejilla del piso de mi memoria, totalmente desplazados por la rutina de ser yo.

Cada vez que mi vida comienza a parecer un buen sueño, me aterra el hecho de dormirme y despertar en otro mundo.

El tiempo

Aquí estoy con otra de mis teorías, que esta vez surgió de mi leyendo algo que escribio una niña por este medio, ya que en realidad nada podemos inventar, sino copiar y derivar… el tópico en cuestión es el tiempo y la relatividad de la duración del mismo.
Ya sé que el reloj marca la hora con la misma distancia entre segundo y segundo, entre minuto y minuto, entre hora y hora; y que si de golpe hay un reloj que se cansa o se apura hay relojes por todos lados (en la tele, en la radio, en a compu o en la pieza) que nos dicen que hay que ajustarlo. Hasta ahí es todo lo convencional que sabemos de los relojes y no hay nada que lo niegue, pero el problema en sí es el tiempo… Voy a explicarme mejor con una pregunta

¿Por qué el tiempo no dura siempre lo mismo?
No es lo mismo pasar una semana en la costa con tus amigos que pasar cuatro horas en una clase aburrida; esa sensación de que el reloj detiene su marcha o de que sus agujas vuelan no es algo que me pasa solo a mí y hay varias frases que aluden a eso, como cuando dicen que el tiempo vuela cuando uno se divierte o cuando ves a alguien y se detiene el tiempo… y si los relojes no pueden mentirnos solo queda una cosa: somos nosotros los que nos «atrasamos» o «adelantamos» conforme a las situacione que vivimos, haciendo que todo el mundo que nos rodea gire más rápido o mas lento, eso sí, jamás afectando el tiempo propio del resto de la gente. Por lo tanto se concluye que el tiempo de los relojes solo sirve para marcar acciones rutinarias y, eventualmente, sincronizarnos con otras personas, pero no debemos tomarlos con mayor prioridad. Nuestro reloj interior anda algo distinto al mecánico y no tenemos que darle mas importancia al primero en algunos casos.

«Puedo estar con vos una semana entera y no me voy a cansar por ello, porque el tiempo se derrite y se escurre tan rápido a tu lado…»

offtopic: Los alfajores triples se llaman así por sus tres tapas… ¿Entonces los alfajores comunes no deberían llamarse dobles? Idem para los sandwichs de miga.

La Plata, Ciudad maldita!

Muy poca gente tiene la oportunidad de ir al infierno, volver y contarlo. Es más, actualmente no conozco a nadie que haya hecho esto; lo que más se acerca a esto en estos días míos fue mi mas reciente travesia: adentrarme en la ciudad maldita de La Plata. Ahora, y como me gusta mucho enumerar, voy a desglosar esta ultima oración en dos preguntas para darle un poquito mas de sentido al post, que por cierto, carece del mismo:

1) ¿Por qué La Plata es una ciudad maldita?
Hay varios motivos que sirven de cimientos para esta afirmación, los cuales fueron formando parte de una leyenda que llegó a nuestros días y de la cual me enteré anteayer. Sí, La Plata es una ciudad maldecida; bajo su piedra fundamental una bruja (o un demonio o el conejo de trix, da igual) escondió todo el mal que reinaba en nuestro país, o en este territorio, para que se quede en ese lugar. La plaza principal tiene cuatro estatuas, y cada una de ellas esta haciendo cuernos con una de sus manos. Alrededor de la catedral se encuentran apostadas más estatuas, pero en este caso son arqueros y apuntan en dirección a la catedral, la cual a su vez esta construida de espaldas a algo que no recuerdo pero que tambien era malo. Y lo último que se – aunque hay mas cosas – es que la suma de las numeraciomnes de las diagonales de La Plata da 666… sí hay mas cosas, pero no me las se.

2) ¿Qué pasteles hacía yo en La Plata?
Bueno, mi expedición allí se debio a que mi hermana se callo de un caballo en Ensenada y la trasladaron ahí. Quisiera decir que la revista Muy Interesante costeó los gastos de mi traslado para que dilucide el misterio de la ciudad maldita pero sería vivir de sueños.

En fin, si al principio los rumores parecian solo las mentiras de alguien que desayuna con un lanzaperfumes al lado de sus tostadas, con mi cuñado no caíamos del asombro al ver esas figuras en la plaza haciendo cuernos, dos de ellas alebosamente. Enceguecidos en nuestro apetito por desenmascarar la verdad, efectuamos un recorrido nocturno por la ciudad en busca de los famosos arqueros, pero despues de la medianoche en La Plata solo se puede encontrar una cosa: trabas. Y realmente, en cantidades enormes, casi bíblicas… pareciera ser que a la noche todo el pueblo sufre una transformación hormonal y un cambio de look y sale a tomar las calles, pero no, queda una gran parte (muchos muchisimos) que suben a sus vehiculos a visitar a estos pintorescos personajes. Volviendo a lo de los arqueros, mi padre luego me informó que vio a uno, y sí estaba apuntando a la iglesia… que terror.
Por lo pronto creo que no visitaré nunca mas esa ciudad que es demasiado limpia para ser obra de dios. Hasta nunca, capital del pecado y la promiscuidad!!!

BTW, cuando reabre sus puertas Amerika?

Hechos de la vida: es sabido que si uno salta muy pero muy fuerte, el lazo gravitatorio que nos une con la tierra se corta y salimos despedidos al espacio.